Accidente Isquémico Transitorio

¿Qué es un accidente isquémico transitorio?

Un accidente isquémico transitorio es una falta de riego que afecta de forma temporal a una parte del cerebro. Dura menos de 24 horas y habitualmente no produce daño cerebral.

Los síntomas se presentan bruscamente y son los mismos que los síntomas de un derrame cerebral, la diferencia es que en el accidente isquémico transitorio duran menos de 24 horas. Los síntomas más frecuentes son: 

  • Debilidad o adormecimiento de una o de las dos manos, brazos, piernas, lengua, mejillas o toda la cara,
  • Dificultad para hablar
  • Dificultad para ver con uno o los dos ojos

Se produce por el cierre de una arteria del cerebro por un coágulo de sangre. Este coágulo se disuelve o rompe y avanza hacia arterias más pequeñas. En ocasiones, una elevación importante de la presión arterial también puede tener el mismo resultado.

Una persona que ha sufrido un accidente isquémico transitorio tiene riesgo de sufrir un accidente cerebro vascular con daño cerebral establecido, lo que ocurre con relativa frecuencia en un periodo corto de tiempo. Por esto es importante consultar lo antes posible si notas alguno de esos síntomas.

¿Cómo se diagnostica un accidente isquémico transitorio?

Si presentas alguno de estos síntomas de forma brusca, tu médico sospechará que puedas tener un accidente isquémico transitorio:

  • Debilidad o adormecimiento en la cara o los brazos
  • Dificultad para hablar
  • Dificultad para ver por uno o los dos ojos

Ante esta sospecha diagnóstica es probable que te recomiende ingresar en un hospital o realizar estudios ambulatorios con prontitud. Una u otra opción será elegida dependiendo del riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular establecido. Esta posibilidad será mayor cuantos más factores de riesgo existan, entre ellos destacan:

  • Edad (mayor o igual a 60 años)
  • Presión arterial elevada tras el accidente isquémico transitorio (Sistólica ≥ 140 mmHg o diastólica ≥ 90 mm Hg)
  • Duración de los síntomas del accidente isquémico transitorio, especialmente si dura más de 60 minutos.
  • Diabetes

Los estudios rutinarios para completar el diagnóstico son estudios básicos de laboratorio, un electrocardiograma, pruebas de imagen cerebral (normalmente en las primeras 24 horas) y pruebas de imagen neurovascular. Las pruebas de laboratorio son útiles para descartar problemas metabólicos o sanguíneos como una bajada de glucosa (hipoglucemia) o de sodio (hiponatremia), etc.

¿Cómo se trata un accidente isquémico transitorio?

El tratamiento de un accidente isquémico transitorio va dirigido a reducir el riesgo de un derrame cerebral establecido.

En ocasiones está indicado limpiar las arterias obstruidas mediante cirugía. En otras tomar algunos medicamentos para bajar la presión arterial o el colesterol o para prevenir la formación de coágulos de sangre (aspirina, acenocumarol u otros anticoagulantes de nueva generación).

Otras medidas útiles en la mayoría de pacientes son similares a las indicadas en los accidentes cerebrovasculares establecidos:

  • Toma una dieta sana: Aumenta la cantidad de vegetales, fruta y pescado. Reduce al mínimo las comidas con grasas saturadas (grasas animales, queso, leche entera) y la sal. Evita el alcohol.
  • Mantente activo y haz ejercicio físico regularmente. Tiene muchas ventajas, además de disminuir tu riesgo cerebrovascular. Pide consejo a tu médico sobre los ejercicios más convenientes. Andar una hora cada día sin fatigarse es lo más sencillo. Media hora es lo mínimo.
  • Controla tu colesterol con la frecuencia que te indique tu médico. Si no lo tienes elevado, no abuses de las grasas y sigue una dieta sana. Si tienes hipercolesterolemia (colesterol elevado) debes seguir una dieta baja en grasas saturadas y tomar más verduras. Si tomas pastillas para bajarlo y las dejas por tu cuenta, el colesterol subirá de nuevo. No dejes de acudir a las consultas ni abandones el tratamiento.
  • Si fumas debes dejarlo. Aunque parezca difícil, es posible. Si tienes dificultades para hacerlo por ti mismo, pide ayuda a tu médico.
  • Vigila tu presión arterial con la frecuencia que te indique tu médico, habitualmente cada 2-4 años. Si no tienes hipertensión arterial, no abuses de la sal ni de las grasas. Si tienes hipertensión arterial puedes controlarla con una dieta baja en sal (sodio), aunque si con la dieta no fuera suficiente puedes necesitar medicamentos. No dejes de acudir a las consultas (necesitarás consultas más frecuentes) ni abandones el tratamiento. Si tomas pastillas y las dejas por tu cuenta, la tensión arterial probablemente subirá de nuevo.
  • Si tienes sobrepeso u obesidad, con una dieta sana y baja en calorías puedes normalizar tu peso. También puedes pedir consejo y ayuda si tienes dudas o dificultades para conseguirlo o para mantenerte.
  • Si tienes diabetes tienes más posibilidades de sufrir un accidente isquémico transitorio. Su buen control influye positivamente en las posibilidades de sufrir un nuevo evento cardiovascular.

 

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