Herpes genital

¿Qué es el herpes genital?

El herpes genital es una infección crónica causada por el Virus Herpes Simple del que existen dos tipos: VHS-1 y VHS-2. El VHS- 1 causa la mayor parte de las lesiones en los labios, la cara y el ojo, aunque es cada vez más frecuente en los genitales. El VHS-2 causa la mayoría de las lesiones en los genitales y es más recurrente. Los dos tipos pueden afectar a cualquiera de las áreas apuntadas.

El herpes genital es la causa más frecuente de úlcera genital. El 45% de mujeres no embarazadas de 18-30 años de USA ha tenido alguna infección por VHS-1, el 5% por VHS-2 y el 7% infección por ambos tipos.

La infección se transmite por contacto directo con la piel, las mucosas o secreciones de una persona infectada, generalmente por contacto sexual. El periodo de incubación es de 4-7 días. El virus permanece en los ganglios de forma indefinida y de vez en cuando puede dar síntomas. Evoluciona por brotes.

Aunque con frecuencia la primera infección pasa desapercibida, habitualmente aparece una lesión (úlcera o vesículas) dolorosa, que produce una sensación de quemazón u hormigueo y a veces dolor al orinar en las mujeres. A veces en el primer brote aparece fiebre, dolor de cabeza, malestar general y dolores musculares.
Estas lesiones y síntomas desaparecen en 15 o 20 días aunque no se tome ningún tratamiento. Hasta el siguiente brote. El 70-90% de las personas con VHS-2 y el 20-50% con VHS-1 genital tiene un nuevo brote en el primer año. Estos brotes suelen ser más leves que el primero.

¿Cómo se diagnostica el herpes genital?

Ante cualquier lesión genital debes consultar a tu médico.

Si por los síntomas y apariencia de las lesiones sospechara un herpes, probablemente te proponga realizar una prueba de laboratorio para confirmar el diagnóstico y descartar otras causas. Las pruebas diagnósticas pueden variar según la disponibilidad de los servicios sanitarios locales.

Cuando existen lesiones se puede recoger una muestra para cultivo del virus o para la detección de DNA viral mediante PCR (reacción en cadena de la polimerasa). El PCR detecta mejor los casos positivos (es más sensible), es más rápido y la muestra es más fácil de transportar, por lo que habitualmente es el método diagnóstico de elección.

En caso de recidiva que no se haya diagnosticado previamente mediante alguna prueba, cuando no existen lesiones o cuando los síntomas no son claros, pueden hacerse pruebas serológicas mediante un análisis de sangre. Detectan bien casi todos los casos y distinguen el tipo de virus que causó la infección (VHS-1 o VHS-2).

Las personas que tienen herpes genital tienen más posibilidades de tener otras enfermedades de transmisión sexual, por lo que tu médico probablemente te proponga descartar otras infecciones con un análisis.

¿Cómo se trata el herpes genital?

El diagnóstico de herpes genital crea mucha incertidumbre en quien lo sufre. Habla con tu médico acerca del posible origen de la infección, su evolución natural, las posibilidades diagnósticas y los posibles tratamientos y su efectividad.

Los preservativos, la abstinencia sexual durante las recidivas y el tratamiento farmacológico disminuyen la contagiosidad. Estas son otras medidas útiles:

Para el dolor puedes tomar paracetamol o Ibuprofeno y lavar las lesiones con agua salada (hierve 1 litro de agua con una cucharada sopera de sal, utilízala cuando esté tibia).

La primera infección por herpes genital requiere siempre tratamiento con medicamentos antivíricos orales (en pastillas). El tratamiento es efectivo dentro de los 5 días siguientes al comienzo del episodio y debe iniciarse lo antes posible, incluso antes de recibir los resultados de las pruebas diagnósticas.

El tratamiento oral reduce la duración y gravedad de los episodios pero no altera la historia natural de la enfermedad. Alivia, pero no cura.

El tratamiento antiviral tópico (cremas o pomadas) no tiene ningún beneficio. Al contrario, su uso se asoció a resistencias.

Los antivirales orales están indicados, en pautas de 5 días que pueden prolongarse hasta 7-10 días si aparecen nuevas lesiones. Los antivirales más utilizados son: Aciclovir, valaciclovir y famciclovir.

Las recurrencias son más leves, por lo que el tratamiento con antivíricos debe decidirse según cada caso atendiendo a la gravedad de los síntomas, la frecuencia de los episodios y las preferencias de quien lo sufre. Háblalo con tu médico.

Si tienes más de 4 episodios al año, el tratamiento continuado con aciclovir reduce al menos un episodio al año. Toma tu propia decisión aclarando cualquier duda con tu médico.

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