Cardiopatía Isquémica

¿Qué es la cardiopatía isquémica?

La cardiopatía isquémica es una enfermedad consecuencia del endurecimiento y estrechamiento de las arterias del corazón (arterias coronarias) por placas de arterioesclerosis, que a su vez son debidas al daño de su pared y al acúmulo de colesterol.

Las arterias coronarias llevan al corazón el oxígeno que necesita. El estrechamiento parcial de estas arterias impide que llegue toda la sangre que el corazón necesita al hacer ejercicio y se produce dolor (angina de pecho). Cuando se produce el cierre completo, no llega nada de oxígeno y se produce daño (infarto de miocardio).
La cardiopatía isquémica es más frecuente en hombres que en mujeres antes de la menopausia, aunque a partir de la menopausia se iguala y aumenta con la edad en ambos sexos. También es más frecuente en algunas familias que en otras.

Estos factores no dependen de ti y no se pueden cambiar, pero sí hay otros que pueden evitarse o aminorarse:

  • El tabaco aumenta el riesgo de sufrir cardiopatía isquémica
  • Tener el colesterol malo (LDL) elevado o el bueno bajo (HDL) son factores importantes
  • La cardiopatía isquémica es mucho más frecuente en personas diabéticas, sobre todo si están mal controladas.
  • La hipertensión arterial es un factor de riesgo para sufrir cardiopatía isquémica: El hecho de que la sangre esté con más presión dentro de las arterias favorece la arteriosclerosis.
  • Tener sobrepeso y realizar poco ejercicio aumentan las posibilidades de sufrir cardiopatía isquémica.
  • El estrés y el abuso de algunas sustancias (cocaína) pueden dañar el corazón.

 

¿Cómo se diagnostica la cardiopatía isquémica?

El estrechamiento parcial de las arterias coronarias impide que llegue toda la sangre que el corazón necesita al hacer ejercicio y puede producir dolor (angina de pecho).

Las características de este dolor varían mucho de unas personas a otras. A menudo es opresivo, agobiante y no desaparece ni se alivia con cambios de postura ni con la respiración. Puede sentirse en el pecho e irradiarse a la espalda o a los brazos. En el caso de la angina puede desaparecer con el reposo.

Los síntomas de la cardiopatía varían mucho y es aconsejable consultar al médico siempre que exista dolor en el tórax, sea de las características que sea.

Cuando se produce el cierre completo de las arterias coronarias, no llega nada de oxígeno y se produce daño continuo (infarto de miocardio). El dolor tiene características similares, pero es más prolongado. A veces se acompaña de sudoración, fatiga, palpitaciones, cansancio o sensación de mareo.

En realidad los síntomas varían mucho y es aconsejable consultar al médico siempre que exista dolor en el tórax, sea de las características que sea.

Ante un dolor de esas características, el médico te hará una exploración física, un electrocardiograma y en ocasiones un análisis con el fin de diagnosticar o descartar una cardiopatía isquémica.

Cuando el corazón no recibe toda la sangre que necesita, su actividad eléctrica cambia y esto puede detectarse con un electrocardiograma, aunque no siempre. A veces el electrocardiograma es normal. Si hay daño establecido, algunas células del corazón se mueren y aumentan en la sangre las enzimas cardiacas que estaban dentro de esas células. Esto se detecta con un análisis de sangre.

Además del electrocardiograma, existen multitud de pruebas para ver cómo están las arterias coronarias y cómo funcionan: Ecocardiografía, prueba de esfuerzo, angiografía coronaria, resonancia magnética de coronarias. Cada una tiene su indicación.

¿Cómo puedo prevenir la enfermedad cardio y cerebro vascular?

Estas son algunas acciones que pueden ayudarte a prevenir o controlar una enfermedad cardiovascular:

  • Toma una dieta sana: Aumenta la cantidad de vegetales, fruta y pescado. Reduce al mínimo las comidas con grasas saturadas (grasas animales, queso, leche entera) y la sal. Evita el alcohol.
  • Mantenerse activo y hacer ejercicio físico regularmente tiene muchas ventajas, además de disminuir tu riesgo cardio y cerebrovascular. Pide consejo a tu médico sobre los ejercicios más convenientes. Andar una hora cada día es lo más sencillo. Media hora es lo mínimo.
  • Controla tu colesterol con la frecuencia que te indique tu médico. Si no lo tienes elevado, no abuses de las grasas y sigue una dieta sana. Si tienes hipercolesterolemia (colesterol elevado) debes seguir una dieta baja en grasas saturadas y tomar más verduras. Si tomas pastillas y las dejas por tu cuenta, el colesterol subirá de nuevo. No dejes de acudir a las consultas ni abandones el tratamiento.
  • Si fumas debes dejarlo. Aunque parezca difícil, es posible. Si tienes dificultades para hacerlo por ti mismo, pide ayuda a tu médico.
  • Controla tu presión arterial con la frecuencia que te indique tu médico, habitualmente cada 2-4 años. Si no tienes hipertensión arterial, no abuses de la sal ni de las grasas. Si tienes hipertensión arterial necesitas consultas más frecuentes. Puedes controlarla con una dieta baja en sal (sodio) y en ocasiones con medicamentos. No dejes de acudir a las consultas ni abandones el tratamiento. Si tomas pastillas y las dejas por tu cuenta, la tensión arterial probablemente subirá de nuevo.
  • Si tienes sobrepeso u obesidad, con una dieta sana y baja en calorías puedes normalizar tu peso. También puedes pedir consejo y ayuda si tienes dudas o dificultades para normalizarlo y mantenerte en el apropiado.
  • Si tienes diabetes tienes más posibilidades de sufrir cardiopatía isquémica. Su buen control influye positivamente en las posibilidades de sufrir un nuevo evento cardiovascular.

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