Sialolitiasis

¿Qué es la Sialolitiasis?

La saliva es un líquido producido por las glándulas salivales que mantiene la boca húmeda,  lubrica los alimentos para que se puedan tragar y pasar al esófago y facilita su digestión ayudando a descomponerlos.

Hay tres pares de glándulas que producen la saliva: Las glándulas submaxilares que se encuentran en el suelo de la boca, las parótidas que se encuentran debajo y delante de las orejas y las glándulas sublinguales que están debajo de la lengua. Desde las glándulas salivales, la saliva llega a la boca a través de conductos (tubos) muy finos. En el caso de las glándulas submaxilares este tubo se llama conducto de Wharton.

En ocasiones, en la saliva se pueden formar pequeños cristales que al unirse forman cálculos. Estos cálculos pueden dificultar o bloquear la salida de la saliva a la boca. Es lo que se llama sialolitiasis o cálculos salivales.

Tras la parotiditis vírica (paperas) es el problema más frecuente de las glándulas salivales. Es más frecuente en personas mayores de 40 años, pero puede ocurrir a cualquier edad. Incluso en la infancia.

Más del 80% de los cálculos se producen en las glándulas submaxilares y obstruyen el conducto de Wharton y algo menos del 20% en la parótida. Son muy raros los cálculos que afectan a la glándula sublingual. Los cálculos están formados por fosfato y carbonato cálcicos asociados a otras sales, aunque el calcio de la sangre es normal.

¿Cuál es la causa de la Sialolitiasis?

La causa de la sialolitiasis es desconocida. Parece que la favorecen las estrecheces de los conductos de salida de la saliva, las situaciones de deshidratación y las enfermedades que cursan con fiebre prolongada. Las personas fumadoras y las que toman diuréticos podrían tener también más posibilidades de sufrir sialolitiasis.

¿Cómo se diagnostica la sialolitiasis?

El principal síntoma de la sialolitiasis es la aparición de un abultamiento por hinchazón de la glándula (generalmente submaxilar) que aparece durante la comida y se alivia fuera de las horas de comer. Se debe a que la saliva no puede salir a la boca porque el tubo de salida está obstruido por el cálculo.

Aunque inicialmente puede no haber dolor, habitualmente sí lo hay y aumenta a medida que se agrava la obstrucción, el problema se hace crónico o se produce una infección local añadida. Con mucha frecuencia la obstrucción no es total y la tumoración aumenta durante las comidas y cede tras ella. Si aparece una infección aparece enrojecimiento y secreción de pus.

El diagnóstico de sialolitiasis se realiza localizando el cálculo cuando los síntomas sugieren la existencia de este problema. Para ello se pueden utilizar varias maniobras y pruebas:

• En ocasiones puede palparse el cálculo sin necesidad de más aparatos.
• Como suelen contener calcio, a veces puede localizarse el cálculo con una radiografía simple. Los cálculos que contienen calcio son visibles en las radiografías simples, los que no lo tienen calcio, no. Además, la radiografía simple no localiza bien los cálculos pequeños ni los que están dentro de la glándula.
• La ecografía es una prueba sencilla, sin efectos secundarios, muy fiable cuando los cálculos tienen calcio y son mayores de 1.5 mm. Es la prueba de elección para el estudio inicial de la sialolitiasis.
• La tomografía axial computerizada (TAC), mejor sin contraste, puede tener utilidad en algunos casos, como cuando existe una infección añadida, pero con frecuencia no localiza los cálculos.
• La sialoendoscopia es la visualización del interior de los tubos de la glándula mediante instrumentos muy finos. No precisa el uso de contrastes ni radiaciones. Es una técnica diagnóstica y terapéutica ya que permite localizar y extraer los cálculos, aunque a veces resulta difícil. Con ella se puede extraer el 80% de los cálculos menores de 5 mm.

En caso de sialolitiasis recurrente es necesario medir el calcio en la sangre para descartar problemas del metabolismo del calcio.

¿Cómo se trata la sialolitiasis?

• La sialolitisis que no produce síntomas y que se diagnostica por casualidad dentro del estudio de otro problema, habitualmente no requiere tratamiento.
• Como medidas generales y en tanto no exista infección puede ser beneficioso tomar líquidos abundantes con zumo de limón naranja para estimular la secreción de saliva, poner calor y dar masajes suaves en la glándula.
• Si existe dolor, tu médico te recomendará analgésicos (paracetamol, ibuprofeno, por ejemplo) y si hay infección te recomendará antibióticos.
• El uso de antiespasmódicos (hioscina) es más controvertido. Teóricamente pretenden dilatar el conducto de salida y disminuir el dolor.
• Para otras opciones de tratamiento el médico tendrá en cuenta la localización y el tamaño del cálculo, tus preferencias y tus riesgos específicos.
• El tratamiento puede hacerse de forma preferente con técnicas poco invasivas como la litotricia, la sialoendoscopia, la radiología intervencionista, la endoscopia transoral o cervical o inyecciones de toxina botulínica. El especialista y tú optareis por la técnica que más se ajuste a tu caso.
• Cuando no resultaran efectivas o no fuera posible por cualquier motivo utilizar alguna de esas técnicas, se recurre a la cirugía: dilatación o disección ductal (del tubo de salida) o sialadenectomía (abordaje quirúrgico de la glándula), esta última opción tiene alto riesgo de complicaciones postoperatorias, por lo que será el último recurso a utilizar.