La elevación del colesterol en sangre se relaciona directamente con la posibilidad de tener arteriosclerosis (acúmulo de grasa en las arterias) y sufrir enfermedades vasculares (angina, infarto de corazón o trombosis cerebral). Parece que no hay un límite definido a partir del que el colesterol es perjudicial. Cuanto más elevado lo tengas, más probable es que sufras una de esas enfermedades. Sin embargo esto no implica que tengas que bajarlo a toda costa, no quiere decir que todos tengamos que tomar medicamentos para tenerlo lo más bajo posible.
Puede parecer contradictorio, pero es más sencillo de lo que parece. Bajar el colesterol a partir de unas determinadas cifras puede tener un beneficio mínimo y usar medicamentos puede ser peor.
Las enfermedades cardiovasculares son multifactoriales, es decir, se relacionan con varios factores. El colesterol no es el único que se relaciona con su aparición, es un elemento más del riesgo vascular.
Cada persona debe calcular su propio riesgo teniendo en cuenta todos los factores: edad, sexo, tener o no diabetes, historia de familiares de primer grado con enfermedad cardiovascular precoz (varones antes de los 50, mujeres antes de los 60), consumo de tabaco, hipertensión arterial, colesterol bueno y colesterol malo.
Hay que tener en cuenta que los factores de riesgo tienen un efecto multiplicador. Una persona con un colesterol elevado puede tener un riesgo cardiovascular bajo si no tiene otros factores añadidos y al contrario, puede darse el caso de que una persona con varios factores elevados en pequeña cantidad tenga un riesgo cardiovascular alto.
Por eso es importante hablar de riesgo cardiovascular más que de cifras a partir de las que el colesterol está elevado. Según el riesgo cardiovascular decidiremos la periodicidad de los controles que hay que hacer y el tipo de tratamiento más indicado.
Para cuantificar el riesgo cardiovascular de una persona hay varias fórmulas propuestas por la Organización Mundial de la Salud y varias sociedades científicas. Según la Sociedad Europea de Cardiología (criterios que seguimos en este folleto), podemos clasificar el riesgo cardiovascular en muy alto, alto, moderado y bajo.
Riesgo muy alto. Aquellas personas que han tenido alguna enfermedad cardiovascular previa, diabéticos tipo II (o tipo I con microalbuminuria), padecer una enfermedad renal crónica o presentar un 10% o más de probabilidades de sufrir una enfermedad cardiovascular fatal en los siguientes 10 años según el cálculo con las tablas de riesgo.
Riesgo alto. Elevación marcada de alguno de los factores de riesgo (como la hipertensión grave o la gran elevación del colesterol de la dislipemia familiar) o presentar entre un 5% y un 10% de probabilidades de sufrir una enfermedad cardiovascular fatal en los siguientes 10 años según el cálculo con las tablas de riesgo.
Riesgo moderado. Entre un 1% y un 5% de probabilidades de sufrir una enfermedad cardiovascular fatal en los siguientes 10 años según el cálculo con las tablas de riesgo. Aquí se encuentra la mayoría de personas de mediana edad.
Riesgo bajo. Menos de un 1% de probabilidades de sufrir una enfermedad cardiovascular fatal en los siguientes 10 años según el cálculo con las tablas de riesgo.
Para tomar decisiones y ver las recomendaciones más convenientes para cada persona es necesario calcular el riesgo cardiovascular, para el que el colesterol es un factor más.
Calculadoras de riesgo cardiovascular:
The National Heart, Lung, and Blood Institute (Fórmula de Framingham)
The Mayo Clinic calculator (Fórmula de Framingham)
Tablas de la Sociedad Europea de Cardiología (en inglés/ castellano)
Tablas en inglés
Tablas en español (dentro de un artículo)
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